¨Corre, no mires atrás, intenta no tropezar…¨ se decía a si mismo Sarmiento mientras dejaba atrás aquella callejuela infestada de turcos...
El alba rompió empañada por el humo del combate del día anterior. La sangre vertida embarrizaba el terreno, los cadáveres, (que se contaban por miles) hacían imposible caminar ...