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EL NÚMERO DE LOS EXTREMEÑOS

04 noviembre 2016

Los trabajos de los geógrafos y de los demógrafos interesados en la región extremeña llevan tiempo poniendo su foco de interés en temas relacionados con el volumen de la actual población extremeña...

Los trabajos de los geógrafos y de los demógrafos interesados en la región extremeña llevan tiempo poniendo su foco de interés en temas relacionados con el volumen de la actual población extremeña y en cuestiones que, en el corto o en el medio plazo, podrán tener incidencia negativa en el vivir colectivo.

​Me han parecido muy interesantes, y preocupantes, las manifestaciones que un buen amigo, miembro del Consejo Asesor de la Revista de Estudios Extremeños, Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura, autor de diversos estudios relacionados con la demografía regional, entre los que me atrevería a destacar el análisis que en unión de María Celeste García Paredes, “Crisis demográfica en la Extremadura rural del siglo XXI” incluyó en la Revista de Estudios Extremeños (Vol. 69, Nº 2, 2013); el trabajo conjunto, con el Profesor Felipe Leco Berrocal, sobre “Estancamiento poblacional y perspectivas demográficas en Extremadura” publicado en la Revista de la Universidad de Zaragoza, Geographicalia.

 

​O el trabajo de ambos autores junto al también Profesor de la Universidad de Extremadura Gonzalo Barrientos Alfageme “Población y Despoblación en Extremadura”, publicado en el número 58 de Investigaciones geográficas, de la Universidad de Alicante, en la que los Profesores de la Universidad extremeña constatan como la situación de crisis presente en laeconomía mundial ha propiciado el resurgir de los viejos temores sobre las nefastas consecuencias socioeconómicas del envejecimiento demográfico. En esta línea, los autores inciden en algunos aspectos del envejecimiento demográfico extremeño, de modo especial inquiriendo sobre las causas de su pronto comienzo, de sus efectos e consecuencias sobre el estancamiento cuantitativo que padece el número de la población regional y la que parece posible incidencia y condicionamiento sobre el futuro demográfico regional.

 

​Así, las cuantificaciones e informaciones del Padrón de 2015, publicado hace breve tiempo, presentan algunas realidades, de entre las que me permito destacar, por su negatividad, las que siguen:

​* Los totales poblacionales muestran un total de poco más 1.090.000 habitantes, lo que representa, frente a los presentes en 2013, una pérdida de alrededor de once mil habitantes.

​Esta realidad de pérdida poblacional se encuentra bien presente en tres de cada cuatro pueblos, que en un año han perdido vecinos. Y entre ellos se encuentran, por primera vez en varios años, las más importantes ciudades de la Comunidad.

​Los investigadores regionales, en uno de sus trabajos más arriba señalados, analizan el comportamiento de las migraciones en los ámbitos de los pueblos menores de 5.000 habitantes a lo largo de la década inicial del presente siglo y constatan la existencia de dificultades que impiden la fijación de la población en el territorio, de tal forma que parece cierto como la amenaza de la despoblación se encuentra presente y amenaza el territorio rural extremeño.

 

​* El índice de envejecimiento, es decir, la proporción existente entre los totales poblacionales de mayores de 65 años sobre los totales de menores de 15, registra semejante empeoramientos, de tal forma que si en 2013 ese índice era del 124 %; en 2015 se ha convertido en un 141 %, lo que representa que la región es una de las que ofrece ese índice más elevado. Consecuentemente, la edad media de la población extremeña prosigue su ascenso colocándose ahora en algo más de 43 años cuando hace diez años, en 2005, era de 41 años. Con diferencias provinciales: 42 años de media para Badajos y 45 para Cáceres. Y en algún municipio, se llega a una edad media de sus vecinos de más de setenta años. 

​* De forma complementaria, y con la misma gravedad que las anteriores, el sector de población joven, la comprendida entre los 18 y los 33 años, prosigue reduciéndose en su número. En 2001 eran poco más de 250.000 y en 2015 sólo llegaban a 219.000, más de un 12 % de pérdida.

​* La densidad poblacional media de la región extremeña es de poco más de 26 habitantes por kilómetro cuadrado, similar a la registrada en los últimos tiempos y, como en esos momentos, radicalmente más baja que los 90 habitantes que constituye la media nacional.

​La situación global no es, por desgracia, novedosa y viene de atrás. La región ve disminuir el número de sus gentes que es, además, cada vez más vieja. Las causas parecen muy claras: menos nacimientos -el índice de fecundidad, es decir, el número de hijos que cada mujer en edad fértil es de 1,29 y el relevo generacional se garantiza con 2- y ante las crecientes dificultades económicas y laborales, emigración creciente que lleva, por lo general a los más jóvenes, fuera de la región, sea a otras Comunidades nacionales o fuera de las fronteras estatales.

​Todo conduce a una alarmante situación. El Doctor Antonio Pérez Díazha analizado posibles soluciones a la compleja problemática presente. Soluciones fáciles de definir y difíciles de ejecutar, articuladas en la dinamización de la economía, en la creación de empleo, en las facilidades a las iniciativas empresariales, y en “definir qué queremos, si proteger solo a los linces o también a los niños” Y, en tanto el AVE extremeño, sigue y prosigue en su semieterna vía muerta mientras sus adjudicaciones se efectúan a bajas temerarias o, hecho mucho más grave, las cantidades asignadas en los Presupuestos Generales del Estado, se marchan a Galicia. 

​Es claro que la Junta de Extremadura se muestra y es consciente de esta problemática  y por ello, ya en 2013 participó en la creación del denominado Foro de Comunidades por el Cambio Demográfico, grupo de trabajo en el que se integraron, en principio las Comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias, Aragón, Extremadura y Castilla La Mancha y en el que más tarde se añadieron Cantabria y La Rioja.

​Fruto de sus trabajos, en el análisis de la muy similar problemática demográfica y poblacional que en sus respectivas regiones se encuentra presente, es la redacción de un Informe que ha sido elevado al Pleno del Comité de las Regiones celebrado en el pasado junio en Bruselas.

​Se pide, con el fundamento de las realidades demográficas presentes en estos territorios, se demanda a la Unión Europea y al Gobierno de Españapresupuesten fondos suficientes para atajar este genérico problema, pidiendo se tome en prioritaria consideración elementos estructurales como pueden ser las bajas densidades de población, su dispersión geográfica sobre territorios extensos y el envejecimiento de los grupos poblacionales a las que se ha de garantizar las prestación de los servicios y reforzamiento de la líneas de actuación en apoyo al mundo rural, la potenciación de la igualdad de género, para asegurar la permanencia de los jóvenes en la región,..Hay que invertir la tendencia a la perdida poblacional y a su envejecimiento. No lo olvidemos pues quizás sean elementos que determinan, como aconteció el pasado año, el crecimiento del gasto sanitario extremeño sobre su valor medio nacional.

 ​Antonio Pérez lo ha resumido y definido de forma precisa y certera: "Como no cambiemos esto, la especie más amenazada en Extremadura, será la especie humana".

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