A medida que, entre tantas otras problemáticas de la región, la emigración continúa hincando el diente a Extremadura...
Cáceres, fascinante ciudad medieval, alberga en su casco histórico, artístico y monumental una joya, un hechizo. Cáceres tiene hechizo.
“Los Guardias Municipales del Cáceres de Aquellos Tiempos conformaban un paisaje de relieve entre todos los cacereños”.
Hace ya unos años que el articulista sacó a colación, tanto en su blog como en tres o cuatro grupos de Facebook, una palabra que anteriormente jamás había escuchado ni leído, Cacereñeando...
Camino, de forma despaciada y lenta, acaso de forma de forma somnolienta, por el recorrido de las calles y de los silencios, del Cáceres de Aquellos Tiempos...
“Valeriano Gutiérrez Macías se conforma como uno de los últimos humanistas de Cáceres”.
“Rodríguez-Arias renunció a ser Ministro de la Guerra en el Gabinete de la Reina Regente, María Cristina de Habsburgo-Lorena, por su vocación de servicio militar y no política”.
Ahí está el amigo, que ni corto ni perezoso, anda apurando la parva, como decimos los extremeños, o sea, la colilla. Hasta casi quemarse los dedos.
“Aquellas mujeres, las lavanderas, dejaron una estela impresionante de trabajo, esfuerzo y sacrificio en el Cáceres de entonces”.
Pepi Suárez fue otra de aquellas cacereñas populares al frente de los Coros y Danzas de la Sección Femenina.