Ahora que el independentismo catalán está tensando al límite la situación, me viene a la memoria que en el año 2010 el gran pintor que es Augusto Ferrer Dalmau tuvo abandonar Cataluña por la presión del nacionalismo.
Y, de paso, el recuerdo de su identidad histórica con la gesta del general cacereño Juan García-Margallo, a través del cuadro que sobre el mismo pintó con el título "La Guerra de Margallo" y que se puede apreciar en la fotografía que acompaña a este artículo.
El General Margallo, (Montánchez, 1839-Melilla, 1893) es una personalidad en la historia de España, aunque, como tantos, demasiado oculto en el olvido.
Juan García-Margallo estuvo, primero, como combatiente en Africa a las órdenes del general O´Donnell, persiguió a partidas republicanas de aquellos tiempos, y luchó para frenar el avance carlista en Navarra y Vascongadas.
Gobernador Militar de Melilla en 1891, con el grado de general de brigada, fue un auténtico héroe en la Guerra de Africa, también llamada del Rif y la Guerra de Margallo, enfrentándose a las tribus cabileñas que trataban de sitiar la plaza española de Melilla cuando el general cacereño intentaba la protección y defensa de la misma ante las incursiones indígenas.
Lo que le costó la vida en el año 1893 cuando, tras sus disensiones con el ministro de la Guerra, y ya con el cese por parte de la Reina Regente, tuvo el coraje de salir a pecho descubierto del Fuerte de Cabrerizas Altas, donde las tropas españolas se encontraban asediadas por los bereberes, recibiendo tres balazos mortales.
En el Fuerte Cabrerizas Altas hay una placa en la que se lee: "En la puerta de este fuerte murió heroicamente el 28 de octubre de 1893 el bravo y pundonoroso Comandante General de Melilla y presidente de la Junta de Arbitrios D. Juan García Margallo".
Ese mismo año la calle cacereña llamada Moros cambió su denominación por el nombre de General Margallo a propuesta del alcalde, José Trujillo Lanuza. La calle en que me nacieron, pasé mi infancia, adolescencia y parte de la juventud. Y a la que le dedico un capítulo en mi blog.
Un día el pintor Augusto Ferrer Dalmau (Barcelona, 1964), al conocer la gesta de Juan García-Margallo y García, pintó este hermoso cuadro para la historia, arengando a los soldados españoles al combate, en defensa de la patria y de la bandera española, y titulado “La Guerra de Margallo”.
Ferrer Dalmau, de estilo realista, miembro de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, se especializó en pintura de historia y de batallas, con una extraordinaria fuerza y dominio del color y de la emoción histórica.
El general Juan García-Margallo y García presta su apellido a la vieja Calle Moros, una de las más emblemáticas de Cáceres, y que nació para acoger a los moriscos que el rey Felipe II deportó desde Las Alpujarras. La entonces Villa terminaba hacia el Norte en la parte baja de la Judería Nueva, en torno a lo que hoy es Ríos Verdes y Santo Domingo.
Entre las condecoraciones del general Juan García-Margallo figuran, entre otras, la Cruz de San Fernando, la Cruz Roja del Mérito Militar, la Cruz de Carlos III del Mérito Militar, la Medalla y Cruz de San Hermenegildo y la Medalla de Alfonso XII.
Arturo Pérez Reverte señala que los cuadros de Ferrer Dalmau recuperan las imágenes de nuestro largo pasado militar y que los mismos son escenas y retratos claves necesarios para ilustrar nuestro pasado.
Un cacereño más en las páginas de la historia de España y que cuenta con calle, además de en Cáceres, en su localidad natal, Montánchez, en la ciudad de Melilla, en Madrid, en Valdepeñas y en otras poblaciones españolas.
