Los datos recién publicados referidos a 2013 son una nueva muestra del proceso de empobrecimiento, desigualdad y divergencia que atraviesa la región desde que comenzó la crisis.
El índice de Gini mide hasta qué punto la distribución de los ingresos entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución perfectamente equitativa.
Según el Gobierno, mejora la competitividad en España, y objetivamente las estadísticas lo corroboran.
Nuestros gobernantes parecen vivir en una realidad paralela, ajena al dramático día a día de millones de españoles.